lunes, 12 de marzo de 2012

1 CARTA A LOS CORINTIOS. LIBERTAD SÍ, PERO RESPONSABLE. 10,23-11,1.

             23-Todo está permitido.
             -Sí, pero no todo aprovecha. Todo está permitido, pero no todo es constructivo. 24Que nadie busque su propio interés, sino el ajeno.
            25Comed de todo lo que se vende en el matadero, sin más averiguar por escrúpulo de conciencia, 26porque la tierra y todo lo que contiene es del Señor (Sal 24,1).
            27Si un pagano os invita y queréis ir, comed de todo lo que os pongan, sin más averiguar por escrúpulo de conciencia. 28Pero en caso que uno os advierta: "Eso es carne sacrificada", no comáis, por motivo del que os avisa y de la conciencia, 29y cuando hablo de conciencia no entiendo la propia, sino la del otro.
           -¡Vaya! Y ¿a santo de qué mi libertad va a tener por juez la conciencia de otro? 30Si yo, cuando participo en una comida, se lo agradezco a Dios, ¿por qué tienen que denigrarme por algo que tomo dándole las gracias?
           31-De todas formas, hagáis lo que hagáis, comer, beber o lo que sea, hacedlo todo para honra de Dios; 32no seáis un impedimento para los judíos ni griegos ni para la comunidad, 33como yo a mi vez procuro en todo dar satisfacción a todos, no buscando mi provecho, sino el de la gente, para que se salven.

11       1Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.

EXPLICACIÓN.

10,23-11,1.    De nuevo un uso responsable de la libertad. Un objetor ficticio presenta la posición de los corintios; respuesta de Pablo: tener siempre el bien de los demás (23-24).

             Fuera de los actos públicos, ningún escrúpulo en comprar y comer carnes sacrificadas; cita de Sal 24,1 (25-26). Lo mismo cuando alguien es invitado a comer (27), pero hay que respetar la conciencia del escrupuloso, para no herirlo (28-29a).

            Protesta del objetor (29a-30). En los casos concretos, la solución no es fácil; no puede darse un principio tajante, pero la tendencia del cristiano ha de ser mirar por el bien del prójimo (31-33). Ejemplo de Pablo (11,1).

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